Como todo juego, en realidad el blackjack ha cambiado muy poco en los últimos años. Todavía el objetivo final del juego es conseguir una mano que se acerque más a un 21 que la mano del crupier, sin pasarse. Claro que con el paso de los años, se han introducido variantes del juego y algunas de ellas se han hecho en muy populares. Este es especialmente el caso del blackjack online, donde encontrará un sinfín de variantes de blackjack entre las que elegir. No obstante, los casinos alteran de vez en cuando las reglas básicas del juego. ¿Cuál es el propósito detrás de esto y de qué sirven esos cambios en las reglas? Para ser un jugador de éxito en el blackjack, tanto online como presencial, se requiere mantenerse al tanto de los cambios en las reglas y lo que éstas significan.
¿Quién se beneficia con los cambios en las reglas del blackjack?
Lo primero a recordar cuando se trata de cambios en las reglas del blackjack es que estos cambios nunca se llevan a cabo por el bien del jugador. Si un casino siente la necesidad de cambiar las reglas del blackjack es porque no están ganando tanto como les gustaría. Un cambio de reglas no es nunca, nunca a favor del jugador. En sus comienzos, el blackjack se jugaba esencialmente con una baraja de 52 cartas, este es el modo en el que hoy en día se juega solamente en un casino online, y las opciones del jugador eran muy limitadas. Se podía pedir, plantarse y todo lo demás. Normalmente, el crupier seguía repartiendo hasta que se agotaban casi todas las cartas de la baraja. Eso funcionó muy bien hasta que alguien en algún lugar descubrió que si se memorizaba unas cuantas cartas de cada palo que quedaban en el mazo mejoraría sus posibilidades de ganar. ¡Perfecto! Había nacido el conteo de cartas que cambió para siempre la forma en la que los casinos y los jugadores enfocaban el blackjack. Casi cada cambio de normas que se ha promulgado en el blackjack ha sido un esfuerzo por contrarrestar a los contadores de cartas, por decirlo de alguna manera. Ya ve, el blackjack sólo le es útil al casino si es rentable. La casa debe mantener una ventaja o no habrá ninguna razón para ofrecer este juego. El blackjack, incluso en su forma más básica, siempre ha ofrecido a la casa una de las ventajas más bajas de todos los juegos de mesa modernos, por lo que es especialmente crucial para el casino proteger esa ventaja a toda costa.
Pedir un 17 suave—los casinos contra-atacan
Durante mucho tiempo, los casinos se sentían perdidos sobre qué hacer con los contadores de cartas. Su estrategia original consistía en atraparlos con las manos en la masa (o tan sólo acusarlos de contar cartas cuando ganaban mucho), y llevarlos a una habitación sin ventanas donde los golpeaban hasta dejarlos sin sentido. Esto ocurría a menudo en los viejos tiempos de Las Vegas. Cuando las historias sobre los métodos utilizados por los casinos con los contadores de cartas comenzaron a circular y la presencia de la mafia, hasta entonces tan evidente en los casinos de Las Vegas, comenzó a ser desplazada hacia las sombras por empresas de apuestas con mejor reputación, los casinos se dieron cuenta que las tácticas de mano dura ya no eran viables. Entonces, tuvieron que inventar una manera mejor de controlar a los contadores de cartas. A finales de la década de los setenta y principios de los ochenta, las cosas empezaron a subir como la espuma en Atlantic City. Los contadores de cartas acudieron a esta nueva meca de los juegos de azar con ganas de asaltar los nuevos casinos y llevarlos a la bancarrota. Durante un corto período funcionó hasta que el famoso jugador de blackjack Ken Uston machacó a los casinos de Nueva Jersey con beneficios incalculables. Algunos estiman que Uston hizo varios millones de dólares. Esto colocó a la comisión del juego en un aprieto, porque estaban siendo despedazados. Aún peor, se les estaba avergonzando. No estando dispuestos a adoptar el duro enfoque de Las Vegas, Atlantic City instituyó la ahora famosa regla del 17 suave. Esta norma consistía en exigir al crupier pedir un 17 suave. Anteriormente, el crupier estaba obligado a plantarse en todos los totales de 17. La idea tras ese cambio de regla era dar al crupier una carta gratis cuando tenía un A-6. Es imposible pasarse con una mano suave y, en muchas ocasiones, el crupier podía sacar un 2, 3, ó 4 para mejorar su mano considerablemente. Este cambio de regla fue efectivo por un tiempo hasta que los contadores de cartas comenzaron a desarrollar nuevos enfoques a la estrategia básica. Hoy en día, los contadores de cartas más expertos creen que la regla del 17 suave, en realidad, disminuye la ventaja de la casa en lugar de aumentarla.
Ha perdido, es hora de irse
Otro cambio popular en las reglas del blackjack instaurado por los casinos fue la introducción de la renuncia o rendición como una opción para el jugador. En la renuncia, un jugador puede perder la mitad de su apuesta original cuando cree que tiene pocas posibilidades de vencer a la banca. Un jugador sólo se puede rendir antes de recibir cartas adicionales. Lo más probable es ver a un jugador utilizando esta opción cuando tiene 15 ó 16 y el crupier tiene una proyección de 10. ¡Básicamente, la idea era conseguir la mitad de la apuesta de un jugador a cambio de nada! El casino está dispuesto a jugárselo con usted en una mano, al igual que hace el banquero en el famoso programa Deal or No Deal (Hay o No Hay Trato), excepto que aquí usted no recibe nada a cambio. ¡Usted perderá la mitad de su apuesta y el casino no tendrá que hacer nada a cambio! Una vez más, el casino no se dio cuenta de que los jugadores inteligentes serían capaces de modificar la estrategia básica y darle la vuelta a la opción de rendirse para convertirla en una ventaja. Cuando se utiliza correctamente, rendirse puede funcionar a favor del jugador.
El blackjack es un juego en evolución
Mientras existan los casinos y siempre que haya contadores de cartas, el juego del blackjack seguirá evolucionando. Los casinos seguirán intentando cambiar las reglas para mantener la ventaja de la casa, y los jugadores de blackjack inteligentes seguirán averiguando maneras de ajustar y mantener sus ganancias altas.